Saturday, November 3, 2007

Crtica de La Cura de Vimarie Serrano (Estudiante)

¿Puede el quehacer artístico ser más que autoreferencial? ¿Puede el arte construir una comunidad?…hay muchos ejemplos artísticos que hablan del poder de conectarse y establecer lazos; esta “estética del nexo” nos llama a una relación que no se concierne con el poder e incorpora un acercamiento femenino al acto de creación..”
Extracto editado de
Living the Magical Life: Memoirs by Suzi Gablik

Cuando Gablik escribe sobre la “estética del nexo” implicitamente incluía la obra de Vimarie Serrano. Esa amalgama de fotografía, pintura, y performance, tejida como una pieza de escultura social llamada “La Cura” se expuso originalmente en el Museo Conde Mirasol en Vieques como parte de la exposición colectiva “Jardín de Vieques” en mayo del 2006.

La aparentemente simple pieza de Serrano consiste en una foto de satélite de la isla de Vieques a gran formato 24" x 83" asegurada a la pared por medio de alfileres. A un costado se encuentra una mesa con una fuente llena de curitas de primeros auxilios. Al lado, unas plumas con instrucciones a los asistentes que escriban sobre las mismas sus deseos para la isla y que la peguen sobre la foto en el lugar que quieran. A medida que progresa la exhibición, la fotografía de la isla se va cubriendo con curitas .

El concepto de una escultura social emana de la obra del artista alemán Joseph Beuys que la define como un proceso interdisciplinario donde el pensamiento y la discusión son los materiales plásticos que crean la obra. Esta escultura social se compone de tres partes básicas:

La reflexión--- que guía al público a seliccionar algún elemento en la pieza con el cual se puedan identificar y a establecer una “conexión” al mismo,
el cuestionamiento del participador--- de cómo relacionar entre sí los elementos que se le presentan en la obra ,y,
(la última parte de la ecuación) la manifestación de la esperanza---que emana de las conexiones que ha establecido la obra.
Enfatizando el proceso como lo importante, este arte se libera de su materialidad y crea un espacio activo y potenciado por las acciones y pensamientos del público colaborador.

En “La Cura” el gesto de pensar y reflexionar sobre mis sentimientos hacia Vieques, constituyó el principio del cierre del círculo de la escultura social. En esta pieza, la escritura se construye como una manera de hacer marcas simbólicas; por lo tanto, Serrano invita al público a que pase de la contemplación a la acción de “pintar” sobre la fotografía con gestos enmarcados por las curitas.

Desde el mismo título hasta los gestos se encierra un doble sentido ---positivo y horripilante: la cura no es solamente lo que se le hace a una herida, sino que es también lo que los adictos llaman a la dosis de droga que necesitan para seguir funcionando. La cura es medicina y veneno. Aún las curitas en sí, (que pueden recordar al gesto de protección maternal apañando al niñ@ cuando se dá un golpe-- “Ven que te voy a poner una curita”)-- tienen su ambivalencia, pues subliminalmente sabemos, que la herida de Vieques no es cosa que una curita remiende. La curita pierde su sentido y se convierte en una expresión de oración grupal para sanar una tierra envenenada en perpetuidad y por ende, una oración por la gesta de su gente.

La pieza, al unísono consoladora y agridulce, creó una especie de “microcomunidad” dentro de la galería al cerrar el círculo creativo con la participación del público. La fotografía, cubierta de curitas, se transmutó de fotografía, a performance, y finalmente, en una pintura colectiva de los que estuvimos en aquella apertura en Vieques. La obra transformó la mirada plástica regida por el “preciosismo” del objeto a una mirada hacia lo de verdadero y lo de perdurable valor que es el amor al suelo patrio.

Por Rosina Santana Castellón, M.F.A.,M.S.W.

Profesora de la Escuela de Artes Plasticas de Puerto Rico

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